La figura del trabajador fijo discontinuo ha ganado relevancia en el entorno laboral, especialmente dentro de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT). Este tipo de contrato, que combina la estabilidad del empleo fijo con la flexibilidad de los trabajos temporales, se ha convertido en una opción clave para muchas compañías y empleados. Para comprender mejor esta modalidad, es importante explorar sus características, ventajas, desafíos y el impacto que tiene tanto en las ETT como en los trabajadores.
¿Qué son los trabajadores fijos discontinuos?
El trabajador fijo discontinuo es aquel que tiene un contrato de duración indefinida, pero con períodos de actividad intermitentes. Este tipo de empleo se caracteriza por la existencia de periodos de inactividad alternados con períodos de prestación de servicios, durante los cuales el trabajador no recibe salario ni está prestando servicios, pero mantiene su vínculo con la empresa. En lugar de ser contratado solo para un proyecto específico o durante un tiempo determinado, el trabajador está disponible para ser llamado cuando la demanda lo requiera.
Este modelo de contrato de trabajo es común en sectores con alta estacionalidad o fluctuaciones en la demanda (como el turismo, restauración, la agricultura, la construcción y otros servicios). En las ETT se utilizan principalmente para satisfacer la variabilidad de la carga laboral de sus clientes, lo que les permite disponer de una fuerza laboral flexible sin recurrir a la contratación de trabajadores temporales en el sentido tradicional.
Régimen jurídico y elementos esenciales del contrato
La aptitud jurídica de las ETT para la utilización de esta modalidad contractual quedó blindada -y cualquier duda disipada- al modificarse el artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores, mediante el artículo primero-cuatro de la conocida reforma laboral introducida mediante Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo. Es determinante dicho precepto, dado que enuncia taxativamente en su apartado 1º que: “asimismo, podrá celebrarse un contrato fijo-discontinuo entre una empresa de trabajo temporal y una persona contratada para ser cedida, en los términos previstos en el artículo 10.3 de la Ley 14/1994, de 1 de junio, por la que se regulan las empresas de trabajo temporal”. Exigiendo formalmente (como refleja su apartado segundo), los requisitos de establecerse por escrito y reflejar los elementos esenciales de su relación laboral: como duración de período de actividad (estimada), jornada y distribución horaria.
Ventajas para las Empresas de Trabajo Temporal
Las ETT se benefician enormemente de la existencia de trabajadores fijos discontinuos, ya que les proporciona una reserva de mano de obra con una flexibilidad superior a la de los contratos indefinidos tradicionales. Pueden contar con trabajadores capacitados y familiarizados con las dinámicas de la empresa, lo que facilita la adaptación ante picos de trabajo sin tener que pasar por el proceso de reclutamiento y formación de nuevos empleados. Además, al ser contratos de duración indefinida, las ETT tienen la certeza de que estos trabajadores estarán disponibles cuando se necesiten, lo que garantiza la continuidad del servicio al cliente.
Provecho para las empresas usuarias
Con arreglo a la nueva redacción normativa, las empresas usuarias tienen ventajas al contratar per se trabajadores fijos discontinuos. Como todos sabemos y hemos apuntado, la fortaleza de contar con una mano de obra cualificada siempre disponible para su incorporación es un valor de alta estima y provecho. No obstante, contar directamente con estos trabajadores en plantilla, implica tener que acreditar previamente los períodos de actividad en el contrato que vincula al trabajador con la empresa. Es una rigidez que amarra y encorseta la libertad de la empresa en la relación laboral con el trabajador. De otra parte, en el caso de incorporar mediante una ETT a estos trabajadores -cuando es necesario-, diluye estos límites, dotando de una libertad y flexibilidad a la empresa usuaria que de otro modo no tendría ni podría alcanzar de forma autónoma. ¿La clave? La empresa usuaria debe olvidarse de observar los períodos de actividad de estos trabajadores, ya que es cuenta de la ETT. La empresa usuaria solo ha de levantar la bandera y solicitar sus trabajadores especializados, y la ETT los aporta ante su llamada para satisfacer su necesidad.
Beneficios para los trabajadores
Por su parte, los trabajadores fijos discontinuos también se benefician de esta modalidad, ya que les proporciona una estabilidad laboral superior a la de los contratos temporales. Aunque no trabajen de forma continua, tienen derecho a beneficios laborales, como la antigüedad, el acceso a prestaciones por desempleo en los períodos de inactividad y las indemnizaciones por despido -si se diera el caso-. Además, el hecho de ser fijos les otorga una mayor seguridad en comparación con los trabajadores temporales convencionales, que suelen tener contratos de duración limitada.
Otra ventaja significativa para los trabajadores fijos discontinuos es la posibilidad de disfrutar de ciertos descansos estacionales. Esta modalidad puede ser atractiva para quienes buscan equilibrar su vida personal con su vida laboral, especialmente en profesiones o sectores con alta demanda durante determinadas épocas del año.
Desafíos y retos
No obstante, tanto para las empresas como para los trabajadores, existen ciertos desafíos asociados a este tipo de empleo. Las ETT deben gestionar correctamente la rotación de trabajadores fijos discontinuos, asegurándose de que siempre haya personal disponible cuando sea necesario sin que esto implique una sobrecarga de recursos durante los períodos de baja actividad.
Por otro lado, los trabajadores deben enfrentar la tradicional incertidumbre sobre la duración de sus periodos de inactividad. Aunque tienen la seguridad de ser llamados de nuevo, el tiempo fuera del trabajo puede generar inquietudes económicas, especialmente si no cuentan con otros ingresos o ahorros. No obstante, los trabajadores fijos discontinuos podrían desarrollar un segundo trabajo en períodos de inactividad, así incluso se ha reconocido podrían tener un segundo empleo público cuando estén en periodos de inactividad (como recalca la Sala Tercera del Tribunal Supremo en su sentencia n.º 1164/2024 de 1 julio 2024, Rec. 2971/2022).
Conclusión
Los trabajadores fijos discontinuos representan una modalidad laboral que ofrece flexibilidad tanto a las empresas usuarias, como a las ETT y a los propios empleados bajo esta modalidad. Mientras las empresas tienen la posibilidad de contar con una mano cualificada de activación flexible y optimizan su capacidad para adaptarse a demandas fluctuantes, los trabajadores disfrutan de una estabilidad laboral superior a la de los contratos temporales. Sin embargo, tanto las ETT como los trabajadores deben ser conscientes de los retos que conlleva este tipo de empleo, así como la gestión de la inactividad laboral y la incertidumbre en los períodos sin trabajo. La clave está en lograr un equilibrio adecuado entre flexibilidad y estabilidad para garantizar el éxito de este modelo, cuyas ventajas son indudables para ambas partes.
David Tello Gómez, socio director del área Laboral de GRA Consultores
Lamberto V. Albelda Duato, abogado consultor del departamento jurídico-laboral de GRA Consultores